La historia del derecho concursal en nuestro país es muy extensa y está llena de cambios. Desde nuestro despacho de abogados, hemos realizado este post donde te explicamos brevemente la evolución de esta disciplina jurídica lo largo del tiempo. Sigue leyendo y descubre sus orígenes y principales hitos.
Antecedentes históricos del derecho concursal
En la historia del derecho concursal, encontramos importantes antecedentes que datan desde la antigua Roma hasta nuestros días. Estos antecedentes nos permiten comprender la evolución y desarrollo de esta rama del derecho mercantil que regula la situación de insolvencia de los deudores frente a sus acreedores.
La Lex Poetelia Papiria en la antigua Roma
Los primeros antecedentes del derecho concursal los encontramos en el derecho romano. En la antigua Roma se promulgó la Lex Poetelia Papiria, una ley que reconocía la existencia de una prenda general sobre todos los bienes del deudor. Esta legislación sentó las bases para la protección de los intereses de los acreedores, estableciendo mecanismos legales que permiten garantizar su satisfacción en caso de insolvencia del deudor.
Instituciones precursoras del derecho concursal
A lo largo de la historia, se han desarrollado instituciones precursoras del derecho concursal que sentaron las bases para su posterior regulación. Estas instituciones establecen mecanismos que permiten la satisfacción ordenada de los acreedores en situaciones de insolvencia, evitando así conflictos y generando un marco legal que proteja tanto los intereses de los deudores como los de los acreedores.
Principales características del derecho concursal
Si quieres profundizar debidamente, te recomendamos leer nuestro artículo sobre qué es el Derecho Concursal, pero te anticipamos algunos de sus rasgos distintivos:
- Es una rama del derecho mercantil que se ocupa de los presupuestos y efectos de la declaración de concurso de acreedores.
- Su finalidad es satisfacer los créditos de los acreedores de forma coordinada, o bien permitir la supervivencia de empresas en crisis mediante convenios con los acreedores.
- Se aplica tanto a empresas como a personas físicas no empresarios.
- El procedimiento judicial se denomina concurso de acreedores y está regulado en la Ley Concursal.
- Intervienen distintos operadores, como el juez, la administración concursal, el deudor y los acreedores.
Como ves, se trata de una disciplina con entidad propia, que ha experimentado una evolución considerable a lo largo de la historia en nuestro país. Hoy en día, los abogados derecho concursal en Madrid son fundamentales para asesorar tanto a empresas como a particulares que atraviesan dificultades económicas.
Etapas más relevantes en la historia del derecho concursal
La evolución histórica del derecho concursal en España puede dividirse en varias etapas, desde sus primeras manifestaciones en el derecho medieval hasta la regulación actual surgida en 2003. A continuación analizamos los hitos más destacados de cada periodo.
Etapa preconcursal
Durante la baja Edad Media y hasta el siglo XIX, el derecho concursal en España se basaba en el principio de responsabilidad patrimonial universal. Esto significaba que el deudor respondía de sus deudas con todos sus bienes, presentes y futuros. En caso de insolvencia, el deudor podía perder incluso su libertad, siendo encarcelado o esclavizado por los acreedores.
El derecho común, inspirado en el derecho romano y canónico, regía la materia concursal en la mayor parte del país. Distinguía dos procesos ante la insolvencia:
- La cesión de bienes: procedimiento voluntario donde el deudor entregaba sus bienes a cambio de quedar libre de deudas.
- La quiebra: embargo y venta forzosa de bienes para que los acreedores cobraran según orden de prelación. Tenía carácter sancionador, inhabilitando al deudor en el comercio.
En algunos territorios con fueros propios, como Cataluña o Aragón, se aplicaba derecho foral en materia concursal. Pero el derecho común era predominante en esta etapa preconcursal, de marcado carácter represor hacia el deudor insolvente.
Etapa codificadora
La etapa codificadora abarca desde el siglo XIX a mediados del XX. El auge del liberalismo y la revolución industrial multiplican los casos de insolvencia. El derecho concursal se moderniza mediante códigos y leyes específicas.
El Código de Comercio de 1829 instaura un único proceso para la quiebra de comerciantes. Se inspira en el derecho francés e italiano, y se basa en los principios de unidad, universalidad y publicidad. Consta de tres fases: declaración de quiebra, concurso de acreedores y liquidación. Allí se introduce la figura del síndico.
Posteriormente, se complementa con la Ley de Enjuiciamiento de 1830 sobre los aspectos procesales. Sin embargo, este sistema pronto quedaría obsoleto y disperso, debido a la aparición de nuevas leyes y reformas que modifican la regulación de la materia.
Por ello, se hace necesaria una nueva codificación, que se materializa en el Código de Comercio de 1885, que sigue vigente en la actualidad, aunque con numerosas modificaciones. Esta actualización dedica su Libro IV al derecho concursal. Mantiene la quiebra e incorpora novedades como la posibilidad de convenio para evitarla y la distinción entre quiebra fortuita y culpable. Regula también la suspensión de pagos a comerciantes con problemas de liquidez pero viables.
El Código de Comercio de 1885 se completa con la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881, que regula los aspectos procesales de la quiebra y la suspensión de pagos. Este sistema se mantiene vigente hasta la promulgación de la Ley de Suspensión de Pagos de 1922, que sustituye el procedimiento de suspensión de pagos del código por uno nuevo, más ágil y flexible, que permite al deudor negociar directamente con sus acreedores, sin necesidad de intervención judicial.
Etapa reformista
La etapa reformista de la historia del derecho concursal abarca desde mediados del siglo XX hasta inicios del XXI. El derecho concursal debe adaptarse a la globalización, la UE, las crisis económicas y los cambios sociales. Se suceden reformas legales con el fin de mejorar la eficacia de los procedimientos y proteger a deudores y acreedores.
La Ley Concursal de 1983 modifica la quiebra del Código de Comercio según el derecho europeo. Establece la paridad entre todos los acreedores y sus créditos en la quiebra. Además, fomenta la continuidad de la empresa mediante convenios o venta de unidades productivas.
Años más tardes, la Ley de Reforma de la Suspensión de Pagos de 1995 actualizaría este procedimiento vigente desde 1922. Aquí es donde se incorpora el principio de viabilidad: el deudor debe demostrar posibilidades de superar la insolvencia temporal.
Estas y otras reformas tratan de modernizar unos procedimientos obsoletos. Sin embargo, no acaban de solucionar la dispersión y complejidad de la legislación concursal, lo que lleva a la gran reforma de 2003.
Etapa actual del derecho concursal
La etapa actual de la historia del derecho concursal se inicia en 2003 con la Ley 22/2003 Concursal, que deroga la normativa anterior y establece una nueva regulación integral de la insolvencia.
Su objetivo es satisfacer los intereses generales y de los acreedores, mediante soluciones que permitan la continuidad de la actividad o la liquidación ordenada. También protege los derechos de los deudores, facilitando el acceso al concurso y la exoneración de deudas.
La normativa se aplica a toda persona física o jurídica insolvente. Establece un procedimiento concursal único, voluntario o necesario, que consta de tres fases: común, convenio y liquidación.
Introduce novedades como la figura del administrador concursal y el régimen de acciones rescisorias. A su vez, consagra los principios de integración y exoneración de deudas a personas físicas.
La ley 22/2003 ha sido reformada en múltiples ocasiones con el propósito de optimizar su funcionamiento y adaptarla a las circunstancias. Cabe destacar la reforma de 2011, permitiendo agilizar y reforzar la protección de trabajadores, y la de 2015 sobre el mecanismo de segunda oportunidad.
El derecho concursal en la actualidad
En la época presente, el derecho concursal se ha consolidado como disciplina jurídica propia, con sus profesionales y despachos de abogados especializados. Cuenta con abundante doctrina y jurisprudencia que analiza sus instituciones. Además, la globalización ha propiciado el desarrollo del derecho concursal internacional.
Los retos actuales tienen que ver con la agilización de los procedimientos, el alcance de los convenios concursales y la búsqueda de vías alternativas a la liquidación de empresas viables. También existen propuestas de reforma para introducir mayores cuotas de autogobierno en los concursos de acreedores.
En definitiva, una rama legal que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su vocación: lograr un equilibrio justo entre los intereses de deudores y acreedores.
El papel de los abogados en el derecho concursal
Aquí profundizaremos en qué es abogado concursal, sus funciones, y cómo pueden guiar a empresas y particulares en situaciones de insolvencia.
Se trata de un letrado especializado en derecho concursal, es decir, en el conjunto de normas que regulan los procesos de insolvencia de empresas y particulares. Domina en profundidad la Ley Concursal y el procedimiento para tramitar concursos de acreedores, suspensiones de pagos y demás situaciones de insolvencia.
La función principal del abogado concursal es asesorar al deudor o al acreedor sobre los derechos y obligaciones que tienen en cada fase del concurso, y sobre las mejores estrategias legales para defender sus intereses. En definitiva, el abogado concursal es un profesional imprescindible a la hora de afrontar con garantías un procedimiento concursal.
Una consulta frecuente tiene que ver con los honorarios y costes asociados a estos procesos legales. Si quieres saber específicamente de este tema, te invitamos a que leas nuestro post sobre cuánto cobra un abogado de concurso de acreedores.
A lo largo de este artículo hemos repasado brevemente la historia del derecho concursal en nuestro país, desde sus primeras manifestaciones en el derecho medieval hasta la regulación actual surgida en 2003. Hoy en día, la importancia del derecho concursal es incuestionable, pues permite encauzar de un modo coordinado y eficiente los intereses contrapuestos de deudores y acreedores. Consideramos que conocer el recorrido histórico de este ámbito del derecho en España no solo ilumina el pasado, sino que también proporciona perspectivas valiosas para el presente y el futuro.